Limache, 21 de febrero de 2021

Vivimos tiempos complejos, con mucha incertidumbre y violencia en distintas partes del país. La casta política tradicional de centro derecha e izquierda sigue en un total desprestigio, siendo uno de los grupos más odiados y rechazado por la gran mayoría de los chilenos. Se nos vienen muchas elecciones en abril, que sin duda marcaran el rumbo a seguir por Chile, enfrentándonos a una votación en que muchos no sabemos por quién votar. Las personas de fe más conservadoras que ven con horror las ideologías radicales progresistas deberían inclinarse hacia los que dicen representar a los valores más tradicionales en la derecha, pero sabemos con mucha angustia que esos sectores se representan a sí mismos y a intereses de grupos muy pequeños y que en periodo de elecciones van a prometer defender los valores de la fe y la tradición, pero una vez que llegan al poder siguen con sus eternas ambiciones, rindiéndole lealtad a su únicos “Dioses” que son el dinero y el Poder.
La decepción de muchas personas que se sentían naturalmente de derecha con este gobierno y con los partidos políticos tradicionales es prácticamente total y hasta la fecha casi no he escuchado a ninguna persona defender de manera entusiasta a los partidos de derecha.
Compleja situación, ya que sabemos claramente lo que representa hoy la izquierda más radical con sus ideologías que van a destruir lo más que puedan las instituciones y los valores de Chile, no solo con una retroexcavadora como fue la frase célebre del Senador Quintana, sino que con una turba incendiaria y masas prestas a funar a todo individuo hereje que no comulgue con el discurso políticamente correcto de los Progres y sus ayudistas en la prensa y líderes del mundo “social”.
A pesar de este escenario tan poco optimista, la luz de la verdad y esperanza se mantiene en nuestro movimiento, veo con mucha felicidad como judíos y cristianos comparten valores milenarios y logran generar una comunión única, un apoyo y amor a Israel que nace del corazón y una convicción por jamás darse por vencido ante las dificultades que vivimos.
No es primera vez, que las personas de fe son asediadas y atacadas por regímenes e ideologías totalitarias que tienen en general la característica de odiar al pueblo judío y hoy lo hacen con una hipocresía inmensa al atacar a Israel y a las personas que lo defendemos.
Al totalitarismo los unen fuerzas muy poderosas como el Odio y el resentimiento, eternos combustibles de la destrucción, los que se oponen hoy en Chile a estas ideologías, los llamados políticos moderados, con mucha timidez defienden las ideas que dicen representar, que intuimos con rabia y pena que solo son leales a sus ambiciones y a sus gigantescos egos.
Solo personas y grupos con reales convicciones y amor altruista hacia su país podrían dar la lucha contra el totalitarismo destructor que nos acecha, personas que conozcan y practiquen en profundidad la sabiduría de la Biblia y tengan plena fe en Dios que su lucha es por un objetivo superior, trascendental, basado en el amor al prójimo, basado en la declaración de los derechos humanos que fue creada con tantas buenas intenciones y que hoy los destructores de siempre lo manipulan groseramente para socavar las democracias.
Tengo esperanza que en un futuro no lejano caigan y se renueven los grupos de poder, que los actuales partidos políticos y sus añejos lideres sean solo un mal recuerdo y los que rechazamos las ideas destructoras de la izquierda no tengamos que votar casi con nauseas al mal menor que hoy están representados por los partidos políticos más moderados en su discurso y que sabemos que pronto nos llenaran de falsas promesas en sus desprestigiadas campañas políticas.
Ariel Markovits Rojas
Fundador Shomer Israel
Me representa
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